
Escudo de Armas del linaje de los Baquedano (Fuente: “Libro de Armería del Reino de Navarra” D.F.N., 1982)
1516-1519: Nuevo intento de recuperación del Reyno y deportación
Una vez malogrado el intento de recuperación del Reyno en otoño de 1512, los conquistadores españoles (o castellano-aragoneses, si se prefiere) se centran en afianzar el control efectivo del territorio conquistado.
Sin embargo, surgen dificultades que hacen ciertamente precaria su situación: así, algunos de los nobles navarros que colaboraron en 1512 no ven satisfechas sus aspiraciones; la relación de la Corona con la nobleza castellana es más que tirante; Francisco I de Francia afianza su posición en Italia; y, como colofón, la salud del rey Fernando se deteriora notablemente.
Constituye todo ello el caldo de cultivo para un nuevo levantamiento, cuyo desencadenante es la muerte, el 23 de enero de 1516, de Fernando de Aragón. Tras diversos preparativos, el 15 de marzo se ponen en marcha las tropas legitimistas. No obstante, lo hacen seriamente limitadas por no poder contar con la ayuda inicialmente prometida por Francisco I de Francia, al producirse un contraataque de las tropas imperiales en Italia.

Acciones militares en el intento de 1516 (Fuente: “La Guerra de Navarra (1512-1529). Crónica de la conquista española”, de Peio Monteano
Pese a las dificultades, las tropas, constituidas casi exclusivamente por navarros, bearneses y zuberotarras, irrumpen en el Reyno conquistado por dos vías: una, liderada por el rey Juan de Albret, hacia Orreaga-Roncesvalles; y la otra, liderada por el Mariscal Pedro de Navarra, a través del paso de Arrakogoiti (en el roncalés valle de Belagua), en la cual se integra Iohan Ramírez de Baquedano.
Una vez franqueado el Pirineo, la segunda columna se dirige al encuentro de la primera en el altiplano de Auritz/Burguete para, ya juntas, dirigirse hacia Iruñea. Pero la nieve ralentiza notablemente el avance, y las tropas españolas, bien informadas por su red de espionaje, controlan firmemente dicho altiplano y bloquean a la columna de Juan de Albret en Donibane Garazi.

El Valle de Belagua bajo la nieve. En mitad de la imagen, tras el área boscosa, el paso de Arrakogoiti (Fuente: I. Larramendi)
Vista la situación, el Mariscal prefiere dar marcha atrás, pero en su persecución se dirigen las tropas lideradas por el coronel Villalba, con la ayuda de algunos nobles navarros fieles. Entre el 22 y el 25 de marzo (según las fuentes) los alcanzan en una Isaba cubierta por la nieve, obligándoles a rendirse.
Por orden expresa de Cisneros, y pese a que parece que ésas no eran las condiciones acordadas para la rendición, la mayor parte de los prisioneros, entre ellos el Mariscal y el señor de San Martín, fueron trasladados al castillo de Estella/Lizarra, y de allí al castillo de Atienza, en Guadalajara, donde se encontraban ya para finales de abril de 1516.

Atienza (Guadalajara) y su castillo (Fuente: http://www.viajaralparaiso.com)
Separados en dos grupos, a los del grupo en que se encontraba Iohan Ramírez de Baquedano se les colocaron grilletes de 3 kilos, y se les encerró en una sórdida mazmorra, aislada tras tres puertas y cuatro cerraduras.
Totalmente aislados, amenazados incluso los residentes de Atienza ante cualquier negligencia, sólo alguna visita aislada y algunas cartas de su mujer recibidas a través de Pedro Lópiz, vecino de Eulate, hacen más llevadera su situación…
1519-1521: Hacia el breve sueño de la libertad
A partir de la Navidad de 1516 algunos prisioneros empiezan a ser liberados, por mediación y con las garantías personales de poderosos parientes castellanos. No obstante, este proceso fue un goteo totalmente individualizado del que, por ejemplo, no se benefició el Mariscal Pedro de Navarra: fue trasladado a Simancas (Valladolid), y murió allí, en muy dudosas circunstancias, el 24 de noviembre de 1522.
Aunque no conocemos los detalles exactos de la liberación de Iohan Ramírez de Baquedano, sabemos que en julio de 1519 Diego Martínez de Álava se quejaba, en carta a Carlos V, de que el señor de San Martín había empezado a pleitear para recuperar su patrimonio.
Un año después, en el verano de 1520, estalla en Castilla la rebelión de los Comuneros, y en noviembre Ramírez de Baquedano es obligado a trasladarse a Briviesca para integrarse en las tropas del Condestable de Castilla. El conflicto comunero terminaría con la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521. Mientras tanto, en Araba se rebelaba Pedro López de Ayala, Conde de Salvatierra, quien fue derrotado por las mismas fechas. También su patrimonio pasó a manos de Diego Martínez de Álava…
El masivo y obligado desplazamiento de tropas a Castilla había dejado casi desguarnecido el Reyno, lo cual abrió las puertas a un nuevo intento de recuperación de la soberanía.

Retrato de Enrique II (Fuente: “La Guerra de Navarra (1512-1529). Crónica de la conquista española”, de Peio Monteano
Éste llega el 9 de mayo de 1521, y lo encabeza en esta ocasión Enrique II, hijo de Juan de Albret, quien había fallecido el 17 de junio de 1516. En esta ocasión, la mejor organización del ataque, la aportación de tropas francesas, y la extrema debilidad del ejército ocupante facilitaron la recuperación de Iruñea para el 18 de mayo. Estella se rebeló el 21 de mayo, y para finales de mayo todo el territorio soberano en 1512 había sido recuperado.
Iohan Ramírez de Baquedano participa reclutando fuerzas en la Merindad de Estella para bloquear los posibles ataques castellanos por Entzia y la Sakana. Recupera sus bienes por la fuerza, y a finales de mayo se une a los señores de Lizarraga y Eraso para hacer frente a un ataque encabezado por los señores de Berastegi y Andueza, con la colaboración de algunos señores beamonteses. Éstos son derrotados en el término de Zegarrain u Oihanederra, al norte de Irurtzun, entre Urritza (Imotz) y Arruitz (Larraun).
Tras menos de un mes de lucha, Navarra volvía a ser independiente…
– Iñigo Larramendi-
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