Hace unas semanas, la nieve hizo acto de presencia en la capital de la Nabarra Occidental. No recordábamos una nevada semejante en los últimos años, por más que Gasteiz sea una ciudad climatológicamente gélida. Ahora bien, dado que no puede compararse con Finlandia, la sustancia blanca es más bien infrecuente por estos lares. Y es en esas ocasiones, en lo excepcional y no habitual, cuando una sociedad queda en evidencia. Más aún cuando contemplamos, días después, las catastróficas crecidas de nuestros días, fruto del deshielo y de las copiosas lluvias recientemente sufridas. Lo llamamos auzolan y, entre ustedes y yo, podríamos resumirlo como aquella manera de hacer las cosas que nos lleva a proclamar “Uno para y todos y todos para uno”. ¿Por qué si no la semana pasada el Consistorio de Gasteiz hizo continuos llamamientos a que vecinos y comerciantes despejaran de nieve la parte de acera que les correspondía? ¿Por qué si no algunos nos desgañitamos aún al reclamar que, como navarros, asumamos las responsabilidades comunitarias que nos competen?

Imagen de la riada en Villodas (Iturria: irunadeoca.eu)