En el año 2008, el escritor y psicoterapeuta bonaerense Jorge Bucay publicó una deliciosa fábula sobre nuestras actitudes psicológicas hacia la libertad, bajo el título “El Elefante Encadenado”.
En dicha fábula, un niño observa, durante sus visitas al Circo, cómo el elefante -a la sazón, el más poderoso y querido de los animales del Circo- permanece, entre actuación y actuación, encadenado a una minúscula estaca clavada en el suelo, apenas unos centímetros. “¿Por qué no huye?”-se pregunta el niño en cada una de sus visitas al Circo.
Cuando el niño se decide a plantear abiertamente su duda, los adultos le explican que el elefante está amaestrado; el niño, con esa lógica aplastante propia de las mentes honestas, responde… “entonces, ¿por qué lo encadenan?”. Y ninguna de las respuestas recibidas le parecía coherente.
Pasados los años, el niño -ya adulto- averigua la respuesta: el elefante no escapa porque desde muy pequeño fue encadenado a una estaca similar. El autor imagina entonces cómo, seguramente, en sus momentos iniciales el elefantito trataría, con todas sus fuerzas, de librarse de la cadena que le oprimía; cadena que, en aquel momento, sí estaría atada a una estaca mucho más fuerte que el débil elefantito. Al intentar zafarse de la misma, sin éxito alguno y de manera repetida, llegaría, sin duda, un momento terrible en que el elefantito se resignaría a su destino, y asumiría su impotencia.
Esa, y no otra, es la razón por la que el hoy poderoso elefante no escapa: cree que no puede. Tiene tan grabada a fuego en su mente esa traumática sensación de impotencia que JAMÁS ha vuelto a poner en cuestión ese recuerdo, JAMÁS ha vuelto a intentar poner a prueba su fuerza para librarse de esa cadena.
Al igual que ese elefante, muchas personas -concluye el autor a modo de moraleja- vivimos pensando que no podemos hacer las cosas porque, una vez, intentamos hacerlo y no lo conseguimos. Entonces, al igual que ese elefante, grabamos en nuestra mente este mensaje: “no puedo, no puedo, y nunca podré”. Y por eso, aunque a veces oigamos los grilletes, miramos a la estaca y, al verla, nos rendimos al volver a pensar que “no puedo, y nunca podré”.
Y lo que yo “no pude” evitar fue recordar esta magnífica fábula cuando, hace unos días, pudimos escuchar al Sr. Urkullu, lehendakari de Euskadi (o sea, de la C.A.V., una Comunidad Autónoma creada por, y dependiente de, la Constitución española) decir que “en un mundo globalizado, la independencia es imposible”.
No sé qué son entonces los casi 200 Estados grandes o pequeños, ricos o pobres, capitalistas o socialistas, viejos o jóvenes…. que, en 2016, siguen apareciendo en los mapas-mundi, participando en las competiciones deportivas, teniendo asiento en las instituciones internacionales, dando y quitando derechos a sus nativos y a sus visitantes… y, sobre todo, que permiten identificarse ante el mundo a sus naturales sin tener que dar explicaciones.
No, no es la estaca de la globalización lo que hace inviable la independencia -hecho que desmiente la pura experiencia-, sino ese atávico no puedo, y nunca podré que resuena sin cesar, no ya en la mente del Sr. Urkullu, sino en la de la mayoría de nuestros conciudadanos.
Y es que, en palabras de Fiódor Dostoyevski, “la mejor manera de evitar que un prisionero escape, es asegurarse de que nunca sepa que está en prisión”. La falta de autoestima, la pérdida de dignidad, la sumisión disfrazada de normalización…. son, sin duda, las armas más poderosas de los opresores para acabar con los oprimidos. Y en esas estamos….
Pocos días le quedan ya a este año 2016, y en unos días celebraremos la entrada en un nuevo año, el 2017. ¿Un año más para seguir atados a la estaca, o el año en que vamos a atrevernos a tirar de esa cadena que nos oprime? Yo lo tengo claro…. ¿y tú?
-IÑIGO LARRAMENDI-
Zorionak gure irakurle guztiei, eta eskerrik asko hor egoteagatik!!
Eguberri on eta urte berri on denei…. eta 2017rako, osasuna eta askatasuna!!
Tagged: elefante encadenado, independencia, Jorge Bucay, Urkullu
Oso didaktikoa eta ongi astertuta.
Si bien es verdad que Urkullu responde al ala mas moderada de su partido, tambien es verdad que es el PNV el unico que ha trabajado con inteligencia por Euskadi. Yo tambien creo que Euskadi es una nacion de verdad y no el sucedaneo de La Gran Serbia de Tito o la Gran Union Sovietica de los commies y tambien que Espana juega en una liga de aficionados conparados con La Gran Inglaterra que no se opone a que Escocia decida su futuro. Nosotros estamos dentro de La Gran Castilla y jugamos en la Liga mafiosa que no permite que nadie se mueva, precisamente por que le falta la legitimidad democratica que obstenta La Gran Inglaterra. Asi y todo estamos en Europa y ahi, aqui y mas tarde o mas temprano tendremos que eleguir y por eso siento sana envidia a Cataluna.
El PNV ha trabajado con inteligencia, sí. La cuestión es saber con que intencionalidad y con que objetivos. Al igual que sus sucesores, la auto-denominada izquierda abertzale, han estado siempre cerrados a toda aportación propia del país que dicen representar, se han unido siempre para cerrar el paso, por todos los medios, a toda tentativa ideológica y política de oposición estratégica al imperialismo ocupante. Para muestra un botón:
http://hamabost.net/videos/munich-1962-isildu-egia/
Por otro lado, tanto en Escocia como en Catalunya hay otra cuestión que merecería obtener una respuesta y es la siguiente: ¿quienes son los que deciden sobre el futuro de esos dos pueblos? ¿Son los escoceses, los catalanes? La respuesta es no. Deciden, todo cristo, españoles, ingleses, belgas, franceses, portugueses… todo el que viva y trabaje allí. Es decir, que gentes que no se consideran ni escoceses ni catalanes porque se sienten miembros de otros Estados y ejercen como tal, tienen derecho a tomar parte en una decisión que afecta a un pueblo del cual no se sienten parte. ¿O es posible ser escocés o catalán y no querer la libertad del escocés o del catalán? Es decir, querer la libertad de uno mismo. La cuestión es, que al no ser ni escoceses ni catalanes no sienten ninguna necesidad de libertad porque esa “libertad” la tienen ya como españoles, ingleses, belgas franceses o portugueses.
Estamos hablando del sujeto político. ¿Cómo el pueblo ruso va a ser sujeto político en Francia, por ejemplo? ¿O el chino en España? Pues en Escocia y Catalunya. otro tanto. Ni más, ni tampoco menos….