Acabamos de celebrar, un año más, la festividad de San Ignacio de Loiola. Con esa habilidad que tenemos los vasconavarros para intentar buscar explicaciones a nuestros conflictos mediante la designación de un chivo expiatorio, ciertos entornos se preocupan en recordarnos en este día la maldad congénita de Íñigo de Loiola y de su obra, la Compañía de Jesús.
Quede claro que esto del chivo expiatorio o, en este caso, explicatorio, no es un rasgo exclusivamente nuestro, sino de la humanidad en general. Otro día entraremos en este asunto, que tiene su interés.

Imagen de Iñigo de Loiola durante su trayectoria como hombre de armas (Irudia: http://www.la-palabra.com)