Respecto a la situación de los berones y autrigones que siguen a los baskones Ebro arriba, el profesor de Historia Antigua de la Universidad de La Rioja y su antiguo rector, Urbano Espinosa (1945), sobre las 19 estelas halladas de esta época en la comarca de la Rioja (depresión del río Ebro), comenta en el trabajo más importante realizado sobre ellas que: “la elementalidad teórica de ejecución y la distancia geográfica y cronológica entre algunos ejemplares no pueden pertenecer a una “officina lapidaria”, sino que deben derivar de la homogeneidad social y cultural de las gentes que las tallaron, lo que indica un reducto del iberismo (se refiere a los Pueblos euskaros) en estos espacios serranos. El no celtismo se ve en los temas, símbolos y onomástica. En ellas, el uso del latín en ocasiones denuncia su ausencia de conocimiento escrito”. Por tanto los arqueólogos descartan el celtismo de estas estelas del Ebro riojano y son productos de los ritos de los indígenas de los diferentes Pueblos euskaros prerromanos de la zona (simbología común), qué decir más al norte de la misma. Pero en otros casos, tras la conquista vino la repoblación con gentes celtas.
Si seguimos remontando el Ebro, el catedrático Rufino Gómez Villar (Belorado 1952) experto en historia de la comarca, sobre la población romana de La Mesa en Belorado (riojilla burgalesa, río Tirón afluente del Ebro), fundada después de la conquista del territorio a los autrigones por Roma, comenta que: “esta civitas fue un asentamiento levantado ex novo por parte de alguna unidad militar romana, compuesta de tropas itálicas o de celtas hispanos medianamente romanizados, en un número suficiente para subsumir a la población autóctona». En ella ha aparecido la típica “tesera hospitalis”, un pez en bronce con textos en celtíbero pero grafía íbera, fíbulas de caballito, hebillas etc. todas ellas típicas de enterramientos celtas. Todo ello nos permiten: “constatar que en la región se desarrolló en los siglos cercanos al comienzo de la era cristiana un foco cultural característico del área celtibérica, sin puntos de contacto, aparentemente, con el mundo vasco.

Rufino Gómez Villar durante la presentación de su libro “La comarca de Belorado” (Iturria: errioxa.com)
Dicho esto, no puede descartarse totalmente la posibilidad de que la colonización lingüística y material de tipo indoeuropeo haya afectado profundamente a las zonas bajas e intermedias del Tirón, más apropiadas para la creación de asentamientos urbanos, mientras que en el sector montañoso pudo haber seguido perviviendo entre las gentes un substrato indígena de raigambre vasco-ibérica”. Esta apreciación fue ya apercibida anteriormente por Julio Caro Baroja.
Es decir, El Pueblo celta llamado celtíbero llegó a las depresiones beronas y autrigonas del Ebro con las repoblaciones romanas y se situó en las cuencas de los ríos más importantes (el “ager”), pero la población indígena se retiró en gran parte hacia la montaña (el “saltus”). Otras poblaciones romanas de repoblación celta en la comarca serían al menos Tenobriga (¿?) o Deobriga (cerca de Miranda de Ebro, territorio autrigón). La palabra “Briga” sería una “Ciudad, fortaleza en alto”, pero sólo aparece en diversa toponimia romana de la península ibérica y no fuera de ella.

Castro de Maruleza (Iturria: http://www.ehu.es)
Respecto a la conquista de la costa vasca actual (de Oeste a Este: autrigones, karistios, bárdulos y auskos), tenemos los restos de un campamento de dos legiones romanas (sobre 5.000 soldados) del siglo I a.C. en Ilunzar frente al castro indígena de Maruleza en Arrola (municipio de Nabarniz, cerca de Gernika), campamento de legionarios que ocupaban de forma permanente una extensión de 8 hectáreas y que habrían formado una primera línea de ataque para la conquista del territorio de los karistios costeros (que no bárdulos como aparece por error en el documental de Santana sobre la Edad de Bronce, salvo que sea una nueva hipótesis).
La fecha aproximada de la invasión de la costa vasca también se puede datar, así como la presencia de tropas romanas compuestas por legionarios celtas. Por el norte, las Galias fueron dominadas por Julio César, entre los Pueblos que se rindieron al romano estaba el Pueblo euskaro de los ausko, cuyo gentilicio era aquitano (plural de ausko: auski+tano), y que se rindieron con su rey Adietuanus y sus mejores 600 soldados en Sos de Albert en el 56 a. C. Del 39 al 38 a.C. En estas rebeliones los ausko contaron con los cántabros y diferentes Pueblos euskaros. Hubo nuevas campañas contra ellos por Agripa, yerno de Augusto, y del 28 al 27 a.C. Roma mandó a Valerius Corvinus Messala a Aquitania para sofocar otra sublevación, de nuevo de los tarbelli (comarca del río Atturri-Adour, capital Akize-Dax, Aquae), que antes también habían sido los más constantes en su instigación a Roma (comarcas actuales de Lapurdi y parte de Baja Navarra).

Imagen del Valle de Kuartango (Iturria: http://www.wikiloc.com)
Por el sur, en la Batalla de Andagoste los legionarios romanos de origen galo de entre 1.200-1.800 hombres, fueron derrotados probablemente por los karistios que habitaban el Valle de Kuartango en la actual oeste de Alaba hacia el año 38 a.C. (Cuadrilla de Añana), por tanto, poco antes de las Guerras Cántabras (29-19 a.C.) que habrían acabado con los últimos reductos de resistencia en las cadenas montañosas de toda la costa del Cantábrico (toda ella llamada “Pirineo” por los historiadores romanos). Es decir, la conquista definitiva de la costa vasca es posterior a esta batalla y a la conquista del Ebro baskón.
En la costa vasca, tenemos el caso conocido de Flaviobriga, repoblación celta sobre el indígena Portus Amanum (¿Ría de Bilbao o Castro Urdiales?). Los soldados que controlaban el importante puerto de Forua también serían de origen celta en todo o en parte. La población romana de Forua con restos de un templo romano bajo la actual iglesia de San Martín de Tours, empezó su existencia probablemente como asentamiento militar en una colina deshabitada de una legión compuesta por soldados de diferentes lugares del Imperio, algunos de ellos italianos según una lápida encontrada, el asentamiento data de los siglos I al IV d.C. El arqueólogo experto en época romana Fermín Pérez Losada (2002) comenta al respecto: “Forua como derivado del término latino forum (lugar de comercio e intercambios). Los fora surgirían por voluntad directa de Roma encaminada a proporcionar a comunidades dispersas de un centro cívico que acumule las funciones político-administrativas y comerciales (). Los fora se crean en regiones en proceso de integración y romanización en fechas tempranas (…). Forua es el ejemplo mejor conocido de este tipo de ocupaciones en el norte peninsular”.
En los siguientes artículos repasaremos qué más sabemos sobre estos Pueblos euskaros para que no puedan ser celtas como propone Santana sino euskaros. Hipótesis de celtismo que veremos que resulta imposible remontar al siglo VI, siglo en el que Santana propone que los baskones conquistaron a estos Pueblos euskaros occidentales (autrigones, karistios, berones y bárdulos). También veremos qué ocurrió en Baskonia entre los siglos III al VI, lo cual, para la mayoría de los historiadores especializados en ésta época, se conoce relativamente bien en su generalidad.
– Aitzol Altuna Enzunza –
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