Nunca han logrado convencernos las etimologías que se han solido dar de la voz “Navarra”, ya sea a base del accidente orográfico nava (= “colina”, “cuenca”), ya del adjetivo vasco nabar (=“leonado”). Ambas explicaciones siempre nos parecieron demasiado simples. Nosotros creímos siempre, que en el histórico nombre se ocultaba algo más profundo que todo eso. Y así en su día lanzamos una hipótesis nueva, a base de una radical de tipo semítico, árabe-hebreo, nahar, en significación de “río”. Nahar, naharra= río, ribera (1).
¿Qué eco halló nuestra explicación en los medios estudiosos del País? Nuestros medios estudiosos están quizás hartos de etimologías; por lo cual, no había de extrañar que la nuestra cayera perfectamente en el vacío, como una más. Ahora bien, nosotros de nuestra parte, no dejamos de intentar algún sondeo privado acerca del particular, hallando como resultado algunas dificultades y reparos para la aceptación de nuestras hipótesis.
Hoy reincidimos sobre el tema, tratando precisamente de deshacer aquellos reparos con que nuestro sondeo tropezara aquella vez.

Imagen de Manuel de Lekuona, escritor, expresidente de Euskaltzaindia y sacerdote (Irudia: Auñamendi Eusko Entziklopedia: http://www.euskomedia.org/aunamendi/77583#2)