Dicen que Dios no ha puesto fronteras, las hemos puesto los hombres.
Francisco Javier Elizalde, alcalde de Baztan (1987-1991)
Hoy se cumple el 355 aniversario del Tratado de la Paz de los Pirineos, firmado por Francia y España en la isla de los Faisanes, en el río Bidasoa. Con este acuerdo, además de poner fin a una larga guerra se estableció por primera vez en la historia una frontera que dividía en dos la cordillera pirenaica. Los mismos ministros que habían negociado la paz decidieron el reparto de jurisdicciones, apremiados por sus respectivos soberanos y por un calendario riguroso que nada quería saber de límites ni de mojones. Durante dos siglos, esa frontera figuró en tratados y en mapas, pero no se fijó sobre el terreno. Hubo varios intentos de deslinde que terminaron en fracaso. Por fin, en el año 1856 se firmó el Tratado de Bayona por el que se fijaron, de forma convencional, las fronteras entre Guipúzcoa, Navarra y Francia, dando como resultado la partición de Quinto Real, la selva de Irati y el valle de Erro. En 1862 y 1866 se firmaron sendos tratados que fijaban las fronteras del resto de la cordillera pirenaica, quedando también dividido el valle de la Cerdanya.

Espainia eta Fratziaren arteko mugaren irudi bat (Iturria: http://www.pirineos3000.com)