Sabido es que no hay nada mejor que poner unos ejemplos prácticos para poder entender las más complejas teorías. Por la misma lógica, no hay como poner unos pocos ejemplos -de los cientos que nos encontramos cada día- para ilustrar de qué hablamos cuando decimos y denunciamos, ante la pasividad general, que el pueblo vasco/navarro es víctima de un brutal proceso de alienación y colonización mental. Algo que, expresado en estos términos, puede resultar a muchos exagerado -cuando no abiertamente estúpido o apocalíptico-, pero que, como vamos a ver, es tan cierto como que dos más dos son cuatro.